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Lindsay, Lindbergh, Krutch, Bechtel y la expedición del aerodeslizador
En 1973, George Lindsay, uno de los botanistas más eminentes de Baja California, visitó las islas del Mar de Cortés con Charles Lindbergh, Joseph Wood Krutch y Kenneth Bechtel. Lindbergh, uno de los héroes populares más célebres del siglo XX, se había convertido para entonces en un comprometido conservacionista, interesado en la preservación de las ballenas y en la conservación de la naturaleza en general. Joseph Wood Krutch un naturalista, había escrito La Península Olvidada, una de las primeras descripciones de historia natural de Baja California. George Lindsay había ayudado a organizar una serie de exploraciones científicas al Mar de Cortés y a la península de Baja California, primero desde el Museo de Historia Natural de San Diego y después desde la Academia de Ciencias de California (Banks 1962 a y b, Lindsay 1962, 1964, 1966, 1970 y Wiggins 1962). Kenneth Bechtel, un filántropo de San Francisco había dado apoyo financiero al Audobon Society en los cincuentas y sesentas para estudiar el anidamiento de aves marinas en isla Rasa que había sido decretada como área protegida por el gobierno mexicano en 1962. Bechtel estaba interesado en mostrar el Mar de Cortés a la gente, quien después de ver su asombrosa belleza, podría ayudar a protegerlo. Con este propósito organizó el viaje e invitó a Lindbergh a visitar la región. El grupo viajó en un aerodeslizador Catalina que les permitía llegar a las remotas y pequeñas islas. Aterrizaban en el agua y después piloteaban hasta la playa para tener sombra bajo el ala del aerodeslizador. Visitaron muchas islas, comenzando con Consag al norte de Bahía de los Ángeles y terminando en Espíritu Santo al este de la bahía de La Paz. Fue un maravilloso y memorable viaje. Dos o tres meses después, tanto Lindbergh como Lindsay viajaron a la Ciudad de México para ver el estreno de una película documental sobre el Mar de Cortés que Kenneth Bechtel había patrocinado. Aprovechando la oportunidad y también su inmensa popularidad, Charles Lindbergh solicitó ver al Presidente de México, Luis Echeverría. Desafortunadamente el presidente estaba de viaje en Asia. El secretario del presidente se reunió con ellos, posiblemente esperando escuchar algunas ideas de Lindbergh con respecto a la aviación en México. Con asombro, escuchó a Lindbergh vociferar apasionadamente sobre Baja California y especialmente sobre el Mar de Cortés. Más tarde, Lindbergh llamó al embajador americano y le pidió organizar una conferencia de prensa con los representantes de los medios mexicanos. Poco después, un sorprendido George Lindsa y vio a los editores de unos cinco periódicos importantes venir a su suite en el Hotel del Prado, frente a la Alameda, en el centro de la ciudad. Los líderes de los medios estaban ansiosos de conocer a Lindbergh y esperaban una entrevista sobre aviación y tal vez sobre el heroico viaje de Lindbergh, quién cruzó solo el Atlántico. Con asombro, lo escucharon predicar sobre la inmensa riqueza natural y la belleza del Mar de Cortés. Unos meses después de ese viaje, el 26 de agosto de 1974, Charles Lindbergh murió. Nunca pudo ver a las islas del Golfo bajo ningún tipo de protección legal. Sin embargo, cuatro años después de su sorprendente presentación en la Ciudad de México se lanzó un decreto protegiendo a todas las islas del Golfo de California. George Lindsay cree firmemente que la intervención de Lindbergh ayudó a promover la conciencia gubernamental necesaria para este decreto. (SDNHM, 1996). Probablemente tenga razón: el ímpetu combinado de los esfuerzos individuales de dedicados conservacionistas y científicos ha llevado a las islas del Mar de Cortés a mayores niveles de conservación. Muchos naturalistas han dedicado sus mejores esfuerzos a la protección del Mar de Cortés.
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Texto adaptado del capítulo sobre conservación del libro Biogeografía de las Islas del Mar de Cortés, un volumen de próxima publicación editado por Ted Case, Martin Cody y Exequiel Ezcurra. Este capítulo fue autorizado por Luis Bourillon, Antonio Cantú, Exequiel Ezcurra, María Elena Martínez y Alejandro Robles. NOTA: El libro Biogeografía de las Islas del Mar de Cortés que se cita en la nota de arriba ha sido publicado y su referencia es la siguiente: Case, T.J., ML.Cody, E. Ezcurra (eds.). 2002. A New Island Biogeography of the Sea of Cortés, Oxford University Press. New York, 699 pp. |
Isla Espíritu Santo, Fotografía de Bradford Hollingsworth
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Museo de Historia Natural de San Diego y PRONATURA
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