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En 1995 unos inversionistas italianos propusieron construir un hotel en la isla Coronado, una pequeña isla (850 hectáreas) situada a 11 km al norte de Loreto. Debido a que esta isla es parte del área protegida islas del Golfo, el proyecto requería de una declaración de impacto ambiental (DIA). El hotel de 40 habitaciones estaba diseñado con todos los avances tecnológicos: páneles solares para calentar el agua, tratamiento de drenaje, planta desalinizadora de agua y un cuidadoso tratamiento de residuos sólidos. El proyecto fue presentado por los proponentes como una alternativa viable para la protección de la isla que, además, incluiría turismo de bajo impacto y una estación de investigación que se construiría cerca del hotel y que serviría para monitorear la isla y proporcionar lineamientos para un manejo conservacionista de ésta (Anónimo, 1995). El proyecto, firmemente cuestionado por grupos ciudadanos conservacionistas locales e internacionales, fue finalmente abandonado. Sin embargo, el proceso ofrece un ejemplo interesante de la atracción que las islas producen para el turismo exclusivo y del fundamento que se utiliza para justificar su desarrollo. Es, también, un ejemplo importante de los problemás, conflictos de interés y peligros que existen para la conservación y que pueden ser causados por la falta de políticas gubernamentales claras. El principal argumento utilizado por los desarrolladores era la limitada cantidad de acciones de conservación y manejo que había en la isla Coronado a pesar de su protección legal establecida en 1978. La presencia de animales introducidos (gatos y borregos) y el alto nivel de uso humano por turistas y pescadores fueron utilizados como argumento decisivo para proponer que la estación de investigación, que sería patrocinada por el hotel y administrada por la universidad estatal, fuera la única y mejor opción para proteger a la isla y mejorar su deteriorado estado ecológico. La probable, pero aún no segura, extinción de la rata endémica (pack rat) de Coronado (Neotoma bunkeri), debido a 30 años de depredación gatuna, era otro de los argumentos utilizados para apoyar la demanda de que la isla estaba siendo afectada e iba a desarrollarse. Sin embargo, la mayoría de los oponentes del proyecto sostenían que una vez que la isla se conectara con la costa por medio del transporte diario de alimentos, personal, turistas, equipaje, gente, maquinaria, basura, etc., iba a ser casi imposible asegurarse de que no entraran a la isla animales exóticos y malas hierbas. isla Coronado es actualmente parte del Parque Nacional bahía de Loreto y está, ahora, legalmente más protegida que antes. Las especies introducidas están siendo exitosamente erradicadas (Arnaud 1998) No obstante, existen aún planes de desarrollo y crecientes presiones para desarrollar otras islas del golfo para el turismo. Los mismos argumentos que se utilizaron para Coronado, es decir, que la protección de la isla no se estaba haciendo respetar y que un desarrollo "ambientalmente pensado" podría proteger mejor a la isla, se utilizan para otras propuestas de desarrollo en el Mar de Cortés.
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Texto adaptado del capítulo sobre conservación del libro Biogeografía de las Islas del Mar de Cortés, un volumen de próxima publicación editado por Ted Case, Martin Cody y Exequiel Ezcurra. Este capítulo fue autorizado por Luis Bourillon, Antonio Cantú, Exequiel Ezcurra, María Elena Martínez y Alejandro Robles. NOTA: El libro Biogeografía de las Islas del Mar de Cortés que se cita en la nota de arriba ha sido publicado y su referencia es la siguiente: Case, T.J., ML.Cody, E. Ezcurra (eds.). 2002. A New Island Biogeography of the Sea of Cortés, Oxford University Press. New York, 699 pp. |
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Museo de Historia Natural de San Diego y PRONATURA
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